Estudiantes de la IED Bonda |
El pasado 18 de marzo del año en curso, la I.E.D. BONDA, celebró el Festival del Dulce en las diferentes sedes de la institución, actividad tradicional que se viene realizando cada año en nuestro colegio.
En la región
Caribe, los dulces en Semana Santa se han ‘institucionalizado’. La fecha
religiosa continúa íntimamente relacionada con el ritual de comer y compartir
dulces, aunque esta dinámica social tiene un mayor acento comercial en los
últimos años.
Estudiantes y personal administrativo |
A
continuación, nos permitimos presentar unos pequeños antecedentes históricos a
la realización de esta actividad:
Se remontan a
la época en que se inicia la colonización en el territorio americano, el
mestizaje y, con el desarrollo posterior de las ciudades, se generó el ‘caldo
de cultivo’ para una gastronomía diversa.
La geografía dulce de Colombia
nos demuestra la fusión de tres fuentes culinarias: la indígena, la española y
la africana. Las frutas tropicales mezcladas con el zumo de la caña dieron como
resultado los más apetitosos dulces de la cocina americana.
Los
indígenas precolombinos usaban la miel y el dulce natural de las frutas; pero
el desarrollo del azúcar y la panela–infaltable en la mayoría de dulces
típicos– fueron propiciados por las grandes plantaciones de caña de azúcar,
planta que trajeron los españoles. Así lo explica Jennifer Marsiglia,
antropóloga e investigadora en cocina tradicional.
Docentes IED Bonda |
“Fue
uno de los grandes negocios de la época. La mayoría de hacendados españoles
tenían grandes cultivos. Se dice que el primer ingenio pudo haber estado en
Santa Marta, porque Pedro de Heredia, antes de fundar Cartagena, poseía un
ingenio en una isla que era intermediaria entre España y
América”.
Si
bien los ingredientes y las técnicas para preparar los alimentos surgieron de
la mezcla cultural, la tradición misma de ofrecer comida es tan vieja como el
mestizaje.
“Hay
registros en los cuales se evidencia que los aborígenes, en su momento,
recibieron con viandas a los españoles”, comenta la investigadora. Señala que
este patrón se repite en la actualidad en fiestas, funerales y otros actos
sociales. “La tradición no es tanto el intercambio, está más
relacionada con que hay unos vínculos de cercanía con la persona a la que se le
ofrece el dulce o la comida”, explica.
Algunos
de los dulces más típicos de la población afro son el de guandú, ñame, coco con
leche y batata. Hay otra receta con plátano y el famoso ‘mongo mongo’–mezcla de
siete ingredientes distintos: plátanos verdes, papayas verdes, piña, mamey,
coco, mango, panela, entre otros –.
Es costumbre en las ciudades de la costa
atlántica que los vecinos compartan los dulces. Un vecino le manda al otro, los
cambian.
La comunidad participando de la feria en el parque de Bonda |
La
antropóloga Marsiglia relata que en los tiempos de la colonización española, en
los barcos provenientes del continente europeo, así como llegó la caña,
llegaron también semillas que fueron domesticadas en territorios
americanos, y se intentó adaptar a las esclavas negras el conocimiento de
las señoras españolas.
“Pero
la población africana tenía el conocimiento de las especias, de usar clavo,
canela, anís, coco, plátano. Un aporte de ellos también fue la mezcla de dulce-
salado que prevalece en algunas preparaciones que comemos”, señala
Marsiglia.
El
Caribe reina en la geografía dulce. La gastronomía de la región Caribe se
destaca por su variedad de dulces típicos, respecto a las demás zonas del país,
y porque además se utilizan tubérculos que no hacen parte de las reposterías de
otras regiones.
A estas
creaciones, fruto de la creatividad local, se le suma el entorno natural
privilegiado que tiene la región Caribe, al contar con tres pisos térmicos en
los que abundan frutos exóticos que son difíciles de conseguir en otros lugares
de la geografía de Colombia. Frutos como el coco, el mamey, el ñame, el ajonjolí,
el hicaco, el tamarindo, el mamoncillo, la guanábana, la ciruela y muchos
otros.
Los dulces en la costa colombiana están a la
orden del día, congregados por la Semana Santa, y aunque las dinámicas
culturales han cambiado, las raíces históricas siguen latentes, como el toque
de panela en el dulce de papaya. Elaborado por: Juvenal Anillo Pardo (Coordinador IED Bonda)
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